El atractivo que siempre ha ejercido la familia Borgia estriba en la cantidad de interrogantes que suscitó su existencia, los cuales, al cabo de los años, continúan sin resolverse. Era una familia vigorosa, de gran empuje y vitalidad, y tan íntimamente unida que despertaba toda clase de comentarios y sospechas. Nunca sabremos lo que hubiera sido la vida de Lucrecia sin la invasión física y espiritual de sus parientes. Esta novela trata de recrear los misterios que rodean la sugestiva personalidad de esta mujer. En 1519, poco antes de morir en Ferrara, Lucrecia Borgia evoca lo que fue su vida. Su nacimiento en Roma, su casa del Esquilino, su turbulenta y poderosa familia y sus tres conflictivos matrimonios, el primero de ellos a la temprana edad de trece años. Los rumores procaces la acompañaron toda su vida, que estuvo sembrada de intrigas, crímenes, amantes, orgías y hasta unas supuestas relaciones con su propio hermano, el famoso César Borgia, o con su padre, el papa Alejandro VI. Lucrecia se nos aparece, pues, aquí con la aureola de la leyenda y con la fascinación de los secretos que nunca se acaban de desvelar totalmente.