Cuando la democracia en Uruguay parece estar al alcance de la mano, los hombres y mujeres que sufrieron en sus carnes los horrores de las cárceles nos ofrecen su análisis y reflexión serenos, fruto de una madurez que trasciende lo psicológico y personal por su voluntad política y su profundo amor a la libertad y la democracia para su pueblo.
Ellos nos hablan no sólo de un problema pendiente. -la libertad de todos los presos políticos y la absoluta liberación de los rehenes- sino de algo que jamás habrá que olvidar para que nunca vuelva a suceder. La historia hacia adelante o se construye con materiales nobles o se degrada. La nueva vida del Uruguay nuevo no admitirá zonas de sombra.

abril de 1984