Un día fatal de Enero de 1919, Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht, los dos jefes espartaquistas, fueron asesinados por sicarios enviados por Gustav Noske, el jefe de los social-demócratas alemanes que gobernaban la recién nacida República de Weimar. Esta tragedia, que privó de una dirección politica decidida al sector mas radical de la izquierda alemana, tronche la vida de una mujer extraordinaria, cuya fe en la revolución encontraría una confirmación histórica en el curso de la historia mundial durante los años siguientes.

El escritor germano-occidental Waiter Gorlitz ha escrito en Die Welt, de Hamburgo, el 9 de Noviembre de 1968, que «en la actualidad, en Alemania Occidental vuelven a cobrar vigencia las ideas de Rosa Luxemburgo Esta lozanía de su pensamiento, este renacimiento político, explican la reedición de sus obras en español, medio siglo después de su alevoso asesinato.