Una mujer desnuda fumando en la ventana. Un presagio de que el pasado volverá, como un ánima, a penar en cualquier momento. Tomará la forma de Milo, el hermano ausente que anuncia su visita a través de una carta. La de Antonia, la enferma que vuelve de su mal para darle a su marido y a su propia hermana una segunda oportunidad. O la de la mujer de la maleta, la aparición que persigue al padre de Maribel desde que su hija murió. Pero no todos quieren ver la cara del pasado. Teresa se esconde en un pequeño piso parisino y se niega a abrir y a contestar las cartas y llamadas de su madre. Gabriela corta con su familia y se traslada sola a un departamento. Sin embargo, abre su cortina y, desde el edificio de enfrente, una mujer fuma desnuda en una ventana. Don Ramiro, el vecino moribundo también la observa y sabe que cuando una aparición así se instala en la ventana más próxima, es hora de saldar viejas deudas.