Pocas figuras de la literatura presentan como la de León Bloy una tan fuerte y discutida personalidad. Nacido en Périgueux, en 1846, y fallecido en 1916, su vida es un testimonio continuo del pensamiento cristiano y toda su producción un duelo a muerte con el espíritu burgués dominante en su tiempo. No hay, de seguro, en las letras francesas de la última época, un ejemplo de vigor e independencia más grande que el ofrecido por Bloy al través de sus abundantes escritos. Jamás se doblegó ante los intereses y las conveniencias y, aunque católico disciplinado, tampoco ocultó, con la cobardía del cómplice, las deformaciones brotadas en su campo. Su estilo, tremendamente fuerte, repica como una campana de profeta encolerizado, y causa desde el primer momento una impresión extraordinaria.
«Ercilla» se complace en ofrecer la primera versión castellana de una de las mejores obras de Bloy: «Le salut par les juifs». La enorme actualidad que vuelve a recobrar el pueblo de Israel en los acontecimientos del mundo y la honda filosofía de la historia que emerge de las páginas de este libro, en las que el pensamiento elevado y las delicadezas del arte se entrelazan, hacen del mismo una lectura enjundiosa para la hora que atravesamos.