De alguna manera, el clima y el significado de Harina huérfana son señalados por las propias palabras de Vasconcelos: «Harina huérfana es lo mismo que soledad».
Y eso -soledad, misterio, dolor y a veces un destello de ilusión- es este volumen. Se incluyen en él seis cuentos «goianos», en los que el autor reitera su inagotable inventiva, su vigorosa capacidad de narrador, el hálito mágico de la poesía aleteando aún desde la mayor negrura.
Los temas son diversos; también lo son los personajes. Pero los agrupa, les confiere unidad, su profundo contenido humano. Por ello hay que volver a las palabras del crítico Cecilio Ramalho Dias: «Y entonces todo pasó en el mundo de sus criaturas; y todo pasó en la obra literaria; y todo comenzó a pasar dentro de nosotros mismos. Porque José Mauro de Vasconcelos no es autor que deje impasibles a sus lectores».
Y esto es lo que acontece con Harina huérfana; sus páginas conmueven, sacuden al lector que «vive» la historia de cada uno de sus personajes y se sumerge en su mundo interior.