EI título nos habla de su misión presente: señalar a Jesucristo, el único que puede satisfacer las profundas y angustiantes necesidades del alma humana.

Cuando Jacob se sintió oprimido por el temor de que su pecado lo había separado de Dios, se acostó, se durmió y “soñó; y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba el cielo». Así se le reveló al errante y angustiado peregrino la conexión que existe entre la tierra y el cielo, y de Cristo recibió palabras de ánimo y esperanza.

Que esa visión celestial se vuelva a repetir para muchos mientras leen acerca del único camino a la vida eterna: Jesús.