Athalía – Andrómaca. Juan Racine.

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    Nace Jean Racine en La Ferte-Milon (en la Champagne) en 1639 y muere el 21 de abril de 1699. Huérfano desde muy niño, Racine entró, adolescente aún, en la escuela de Port-Royal, donde estudió profundamente la cultura griega y cobró un hondo sentimiento religioso que ya no le abandonó a través de su vida. Después de alejarse de tan severa ambiente, Racine se fué a París, compuso odas cortesanas, se hizo amigo de Molière, Boileau y La Fontaine, y comenzó a escribir sus tragedias, levantando para los franceses un teatro de amor y de poesía, en oposición al heroico de Corneille, y creando figuras de mujer que han llegado a ser como símbolos de lo eterno femenino. La COLECCION AUSTRAL agranda hoy su biblioteca con la publicación de dos de las más célebres obras del glorioso Racine: ATHALIA y ANDROMACA. Accediendo al deseo de Madame de Maintenon, que quería algo para sus colegialas de Saint-Cyr, Racine escribió ATHALIA, consagrada por la posteridad como la más perfecta de sus obras, y en ella luce todo su soberbio poderío la reina de Judea, que, para adueñarse del trono, creyó haber extirpado a todos los descendientes de David, siendo el pequeño sobreviviente loas, que se ha librado del general exterminio, el que ha de trocarse en el instrumento con que Dios sentenciará a Athalía. En ANDROMACA los terribles celos de Hermione, abandonada por Pirro, que ama a Andrómaca, viuda de Héctor, desencadenan el drama al prometer la joven su amor a Orestes si éste mata a Pirro, con el que Andrómaca -por salvar a su hijo ha consentido en casarse; pero Hermione, enloquecida por lo que ha hecho, maldice a Orestes y se quita la vida junto al cadáver palpitante de su ya por siempre perdido Pirro, mientras Orestes se desespera ante lo irreparable, y los que le rodean quieren salvarle aprovechando su ciego extravío. «Salvémosle. Nuestros esfuerzos serían impotentes si recobrase aquí, junto con la razón, sus furores», acabando con esta sobria frase la magnífica e inmortal tragedia.

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