Todo empieza con un turco apuñalado cerca de la estación central, en el barrio de los sexshops, las prostitutas y los camellos. Un turco menos en la rica y populosa ciudad de Frankfurt, pues a nadie le importa un crimen como ése. Únicamente al propio finado y al detective Kemal Kayankaya, que investiga por cuenta de la familia. Kayankaya, un sarcástico alemán de origen turco-pero sin complejos-, recibe el encargo el día de su cumpleaños y se zambulle de inmediato en un recorrido trepidante por los rincones más sórdidos de Frankfurt, que es al propio tiempo un retrato de la otra cara de Alemania: la de los inmigrantes, la pobreza y el racismo.
Con un humor ácido y una singular capacidad para reflejar la realidad en crudo, Jakob Arjouni se convirtió a los 23 años en una revelación con esta primera novela, que en Alemania rebasó los 100.000 ejemplares y que ha sido llevada al cine por Doris Dörrie.