PERTENECE el autor de este libro al grupo insigne de helenistas ingleses que han hecho un culto del estudio de las cosas griegas, sobre todo de la literatura y de la filosofia. Pero un culto como corresponde al carácter vivaz y al genio maravillosamente lúcido de esa civilización, que puso en todas sus producciones la marca del equilibrio y de la gracia. Para designar esas cualidades de la inteligencia y de la belleza Renan habló del milagro griego.
Magnificamente preparado para su tarea. Murray presenta el desarrollo de la literatura griega con un método claro y eficaz. Vincula las obras con la vida. «He procurado saber -dice- qué clase de hombres fueron los distintos autores griegos, qué es lo que amaron y odiaron, cómo se ganaron la vida y en qué emplearon su tiempo… Hay que evitar el error de creer a «los griegos enteramente semejantes a una galería de figuras homogéneas, con los mismos ideales, los mismos tipos, las mismas limitaciones. En realidad, lo que los hace vivir ante nosotros es su variedad, la vasta fila de intereses, la inspiración y la diversidad de sus hazañas, junto con la viva energía personal que hizo posible tales acciones». Esta historia de la época clásica va desde Homero hasta Demóstenes, que son como el sol que nace y el que marcha al ocaso. Entre ese naciente y poniente hay un largo y radiante día, donde los gigantes de la prosa y del pensamiento compiten con el mismo esplendor del sol: Heródoto y Tucídides en la historia, Platón y Aristóteles en la filosofía, Esquilo, Sófocles y Euripides en el drama, Aristófanes en la comedia…
Para ver con nitidez el proceso de la literatura griega, que es como decir la fuente viva de la cultura, esta obra de Murray es una de las más aptas, y así está considerada por los institutos de enseñanza clásica y por el público, que agota las sucesivas ediciones. La presente reedición de ALBATROS, cuidadosamente corregida, se enriquece con veinticuatro grabados de la época.