SOFOCLES, el más ilustre de los trágicos griegos, nació en Colona en 497 6 495 antes de J.C. Una educación esmerada, su figura y atractivo personal, le valieron en plena juventud la admiración de Atenas, que consagraria su maravilloso talento dramático en un certamen poético, cuando Sófocles, con su tragedia TRIPTÓLEMO, venció al veterano Esquilo. Este primer triunfo no fué sino el comienzo de una larga serie que culminaría con ANTÍGONA y, sobre todo, con EDIPO. REY, considerada la obra maestra de su autor y acaso de toda la dramática antigua. Escribió alrededor de 120 obras, de las cuales únicamente se conservan, además de las dos citadas en último lugar, ELECTRA, AYAX, LAS TRAQUINIANAS, FILOCTETES y EDIPO EN COLONA. Modelo de ciudadano ateniense, Sófocles unía a su genio poético virtudes excepcionales: tolerante, amable e ingenioso, ajeno a las envidias tan en boga, vivió su gloria de favorito de los dioses y de los hombres sin la sombra de un enemigo. Ocupó diversos cargos públicos, si no con demasiado acierto, porque su espíritu no se avenía con las funciones políticas y administrativas, con celo y austeridad ejemplares. Al morir en 406 6 405, Atenas le rindió los máximos honores: el mármol, el bronce y la poesía ofrecieron su mejor homenaje a la ciencia y a la sabiduría del poeta amado de las Gracias y de las Musas». Con el Renacimiento, el genio deslumbrante de Sófocles recupera el brillo que no pudo empañar la Edad Media y, a través de traducciones en todas las lenguas cultas y de imitaciones en todas las literaturas, sigue iluminando la senda del arte dramático hasta nuestros días.