En una zona pobre y remota del sur de México, el grupo paramilitar Camisas Rojas ha tomado el control. Dios ha sido proscrito y los sacerdotes han sido sistemáticamente perseguidos y asesinados. Ahora, el último sacerdote está huyendo. Demasiado humano para el heroísmo, demasiado humilde para el martirio, el pequeño y mundano «cura del whisky» sin nombre se ve impulsado, sin embargo, hacia su sórdido calvario tanto por su propia compasión por la humanidad como por los esfuerzos de sus perseguidores.

En su introducción, John Updike llama a El poder y la gloria «la obra maestra de Graham Greene… La energía y la grandeza de su mejor novela derivan de la voluntad de compasión, un comunismo ideal aún más cristiano que comunista».