El uso de acuerdos internacionales formales para vincular a Estados Unidos con otras naciones es un importante instrumento de la política exterior norteamericana y a menudo estos acuerdos han probado ser materia de duras controversias. Hacía falta una obra que ilustrara el patrón de compromisos importantes rubricados por este país, las clases de regímenes que han atraído a sus negociadores y las disputas legales y políticas que resultaron del proceso de celebración de acuerdos.
El propósito de este libro, pues, es explorar las agudas controversias entre el Congreso y el Poder Ejecutivo acerca del correcto equilibrio entre ambas instancias en la confección de acuerdos. La información revela en detalle y con precisión inusitada, el conjunto de convenios formales establecido entre Estados Unidos y otras naciones entre 1946 y 1973, período que se extiende desde los tempranos comienzos de la Guerra Fría a los primeros atisbos de la distensión.
Obviamente, la política exterior estadounidense es infinitamente más compleja que la suma de los varios acuerdos suscritos con otras naciones. Los grandes temas de la guerra y la paz, la exigencia de que corresponde a Estados Unidos ayudar al desarrollo de los países pobres, el conflicto entre el Congreso y el Poder Ejecutivo acerca de las prerrogativas constitucionales, la política de alianzas regionales, la relevancia de la orientación psicológica sustentada por quienes tienen el poder de decisión, y muchos otros temas, hacen que el estudio de las relaciones exteriores, además de un reto, nunca deje de ser fascinante. Desde este amplio panorama, los 27 años posteriores a la II Guerra Mundial aparecen bajo una nueva luz que da cuenta de la impresionante lucha de poderes que mueve a la celebración de acuerdos en algunos casos de dominio público, y con frecuencia secretos entre Estados Unidos y las otras naciones.